lunes, 18 de julio de 2022

Viñetas satíricas 2/5: Las críticas al ferrocarril.


Superados los años de rechazo frontal a la extensión del ferrocarril sobre el territorio, las viñetas satíricas se centraron en los casos de mal funcionamiento, en los retrasos, en la sobreocupación y en los accidentes.

Los retrasos

Cuando ocurren, los pasajeros que esperan los trenes en las estaciones se impacientan y, si tienen a mano un empleado, no dudan en cubrirlo con preguntas que, a veces, no pueden responder. No extraña, pues, que sea un tema recurrente en las viñetas.

Revista Punch (Inglaterra): Irregularidad regular
El pasajero (con prisas): –¿Es puntual este tren?
El empleado: –Sí, señor. Normalmente un cuarto de hora tarde.

Revista Punch (Inglaterra): Frio consuelo
Pasajero (esperando un tren que lleva veinte minutos de retraso): –¿Cuando espera que llegue este tren?
Empleado: –No puedo decirle, señor. Pero cuanto más lo espere más probable será que llegue en el próximo minuto.

Cuando en España empezaron a compensarse los retrasos con devoluciones parciales o totales del importe del billete, Ventura & Coromina recordaron en su viñeta en el periódico La Vanguardia del 6 de mayo de 2007 que algunos sufridos viajeros habían acumulado muchos a lo largo de su vida.

–Durante ochenta años, mi mujer y un servidor hemos acumulado 35.679 horas de retrasos. ¿En vez de regalarnos un billete, no podrían darnos una locomotora y dos vagones?

Los tranvías en las ciudades veían retrasada su marcha por la intensidad del tráfico y las ocupaciones de la vía por vehículos, carros, peatones y la actividad urbana en general. Ricard Opisso, en el número del 9 de diciembre de 1932 de L’Esquella de la Torratxa, toca el tema a propósito del tranvía que subía por las siempre concurridas Ramblas de Barcelona.

Un viaje en tranvía, por la Rambla, al subir en Colón y al llegar a la plaza Cataluña

La sobreocupación de los coches

De buen principio los ferrocarriles tuvieron horas punta y horas valle, días de gran afluencia y trayectos más demandados que otros. Los coches de tercera clase siempre han sido los que más han acusado el fenómeno, como destaca la ilustración de la revista Punch.

La misma revista se hacía eco de la sobreocupación de los convoyes los días de fiesta. El uso de la comparación de un coche con aglomeración de pasajeros con una lata de sardinas, viene de lejos.

Individuo gracioso (desde la ventana del coche): “¿Hemos de cambiar aquí? Pues sea tan amable de facilitarme un abrelatas de sardinas.”

El ilustrador francés Georges Meunier, en 1903, ironizaba así sobre el espacio y el hecho de que los militares pagaran tarifa reducida:

–¿De qué se queja, si usted no paga más que un cuarto de asiento?

La americana Life que en sus inicios era una revista humorística, aprovechaba el tema en 1917 para ridiculizar a los académicos o conferenciantes a los que les cuesta aguantar en sus carnes la teoría que predican.

El profesor regresando a casa después de dar una conferencia sobre la fraternidad de los hombres.

La sobreocupación de los tranvías y del metro ha sido siempre proverbial. En marzo de 1955 el dibujante Cesc llegaba hasta los límites que la censura de la época le permitía para abordar el tema.

–¿Sabe usted que tendremos autobuses capaces para transportar 99 pasajeros?
–¡Caramba!

–¡Qué fastidio! No se puede empujar con tranquilidad. Todo el mundo lleva la vacuna.

El estado del material, las averías y los accidentes

Estos han sido siempre temas recurrentes para los dibujantes.
Han criticado la falta de mantenimiento de los coches:

Revista ¡Cu-Cut! del 15 de septiembre de 1904
En la línea del Norte
–Usted tiene billete de tercera y va en un coche de segunda
–¿Aun los hay de más malos?

También se han quejado del uso de material obsoleto.

Dibujo de Wallace Trickett en el Kapiti Observer de febrero de 2007 cuando la autoridad del transporte de Wellington (Nueva Zelanda) recurrió a volver a poner en circulación coches construidos en 1942 que habían sido retirados del servicio en los 70’s.

Las interrupciones de los servicios ferroviarios a causa de averías en las infraestructuras y su substitución por autobuses también se ha llevado su parte:

Viñetas de publicaciones norteamericana y australiana

Los accidentes eran tratados por la prensa satírica del siglo pasado y el anterior con un humor negro que ahora sería difícilmente admitido. He aquí dos ejemplos del dibujante Junceda a propósito del accidente con víctimas mortales en Tarragona de un convoy de la Compañía del Norte en 1907.

Descarrilamiento
–Ha sido horrible, señor juez. Piense que los que estaban muertos tenían los brazos y las pierna “facturadas”.

Revista ¡Cu-cut! del 12 de mayo de1907

La revista Punch proponía en 1853 este método para prevenir los accidente: atar a los directivos de la compañía sobre las locomotoras.



Los déficits en inversiones

Las críticas a este respecto han alcanzado tanto a las compañías privadas como a las públicas.
En 1893 la revista L’Esquella de la Torratxa parodiaba las dificultades que tenían los accionistas de la Compañía de los Ferrocarriles de Tarragona a Barcelona y Francia (TBF) para cobrar los beneficios esperados.


Las críticas también han llegado a las excusas para no admitir acciones de mejora en las infraestructuras.

–He aquí, señor, inspector un tramo donde los raíles están roídos por el oxido
–Otra vez uno de estos viajeros que se mean por la puerta

En nuestro país, la construcción del Ave y el mantenimiento de las líneas de Cercanías se han llevado la palma.

Viñetas de Ventura & Coromina de 2007 en La Vanguardia a propósito de las inversiones en Cercanías y Ave

Viñeta de Faro y C. Da Col de 2013

Viñeta de Manel F.

viernes, 1 de julio de 2022

Viñetas satíricas 1/5: Del miedo a la novedad a objeto de culto.


Iniciamos una serie de cinco entradas sobre viñetas satíricas relacionadas con el ferrocarril. 

Desde su aparición, los dibujantes de las revistas, sobre todo las satíricas, encontraron en el ferrocarril material para sus colaboraciones periódicas. En un primer momento, el tema fue la novedad, los miedos y los inconvenientes. Más tarde, los incidente y los accidentes. Poco después, los ilustradores descubrieron que los coches eran el escenario ideal para inscribir sus ocurrencias de todo tipo y, en este apartado, el erotismo tiene un lugar relevante. Las manías y caprichos de los pasajeros fueron y son una importante fuente de inspiración. Del personal ferroviario, los autores suelen abordar dos aspectos: el cumplimiento inflexible de su función y las penurias de algunos puestos de trabajo.

Paralelamente a estos temas, desde buen principio, el mundo del ferrocarril fue empleado como metáfora de la política, como vimos en la entrada del día 1 de octubre de 2017.

Del miedo a la novedad a lugar común y objeto de culto

El cometido de las viñetas satíricas de la publicaciones periódicas es poner el dedo en la llaga denunciando por la vía del humor y la ridiculización aquello de la sociedad que el lector también percibe como perjudicial o mejorable. Los dibujantes de viñetas no han dejado de resaltar las sombras del funcionamiento y la gestión de los ferrocarriles, pero no deja de ser un indicador del éxito de su implantación el hecho de que, en los primeros años, lo rechazaran y ridiculizaran y ahora también sea objeto de sátira, normalmente amable, la afición por el ferrocarril.

El miedo a la novedad
La destrucción de la paz y del paisaje, el riesgo para los habitantes y los animales cercanos al trayecto y el riesgo de muerte por accidente para los viajeros fueron temas habituales de las primeras críticas.

Revista Punch (Inglaterra) – Encuentro de cazadores de zorro con el ferrocarril (c. 1840)

Henry Heath (Inglaterra) - Los placeres del ferrocarril, inconveniente de las explosiones (1830)

Tomàs Padró Pedret: Sobre los peligros de los trenes (c. 1850), el mismo autor del extraordinario cuadro de 1962 Estación de ferrocarril momentos antes de la salida del tren

Revista PunchPatente de vestido de primera clase para la temporada de colisiones

El coche ferroviario como contenedor
Los coches de los trenes se tomaron muy pronto como escenarios donde ambientar situaciones que muy bien podrían ubicarse en otros entornos, pero el ferrocarril, por su novedad y su popularidad, fue una elección muy habitual. He aquí algunos ejemplos.

Revista Punch - En tiempos de guerra, el cartel advierte a los pasajeros de evitar comentarios que puedan dar información a los enemigos; al comentario del extranjero que busca conversación “Bonito rio, ¿es el Támesis?”, la señora responde “No estoy enterada”.

Revista Patufet – El dibujante Salvador Teixidor ironiza en 1904 sobre la desigualdad social con un niño desnutrido y otro muy lustroso: «Este niño paga billete entero porque hace un día que ha cumplido siete años. Pero éste paga medio billete porque le falta un día para cumplirlos.»

Revista Punch – Sobre el excesivo mimo de los perros: la dueña del animal pide a la otra dama que cambie su asiento con el chucho porqué le gusta que le de el aire de la ventana.

Almanch Vermot (Francia) 1948 –Lo siento, se me ha roto el reloj de pulsera

El tren como contexto y lugar común
Ya fuera del entorno estrictamente ferroviario, el tren ha sido usado como contexto, metáfora o elemento auxiliar en viñetas tanto satíricas como humorísticas.

Mingote (c. 1970): «Algunos lo ven todo menos el peligro.»

Viñeta alemana de 1899 en la que se usa un convoy para un tema, el de la muela resistente, que ha sido dibujada con infinidad de otros elementos. 

Revista Patufet del 4 de febrero de 1933.
De cuando las locomotoras hablaban. –Realmente, tienen razón las mujeres,. El caso es no perder la línea.

El norteamericano Mark Parisi también suele usar elementos ferroviarios como en esta viñeta de 2009

Chumy Chúmez – No solo muerta. ¡Esta vía ha sido asesinada! (c. 1970)

Revista Dígame – Sanchidrián (c. 1960)
–Con ése de una lámpara ¿cogerás muchas estaciones?
–Nada más que apeaderos

La afición ferroviaria
Los aficionados a las maquetas ferroviarias siempre suelen ser representados como niños grandes…


… tan obsesionados por su afición que ignoran al resto de su entorno (como en estas dos viñetas de Castanys)…



… y descuidan incluso su vida amorosa:

"En un minuto, querida. El de las 8:15 va con retraso otra vez."