lunes, 29 de agosto de 2022

Vicenç Pagès Jordà y el ferrocarril

Ha muerto Vicenç Pagès Jordà (1963-2022), uno de los mejores escritores actuales en catalán. Su obra, que ha actualizado la narrativa en esta lengua, contiene magníficas referencias al ferrocarril. 

Su novela Días de frontera (2013, Dies de frontera) tiene una parte, la segunda, que vale la obra entera para un aficionado ferroviario. El autor recorre los espacios propios de la literatura inscrita en el ferrocarril: observar al resto de viajeros como si fueran una muestra de la humanidad y sacar conclusiones universales, contemplar el paisaje por la ventanilla como quien mira al mundo en una pantalla y hacer un veredicto sobre el país, el placer de escuchar subrepticiamente las conversaciones de los compañeros de viaje y, sobre todo, considerar el tren como una forma de viajar que predispone como ninguna otra a la aventura. En el capítulo titulado “Lo que te puede suceder”, el autor escribe:

No sabemos si está relacionado con la sinuosidad del cubículo, con la penumbra, con las posibilidades de contacto con desconocidos. En cualquier caso, el tren es el medio de transporte que genera más expectativas sentimentales. Nos encontramos junto a personas que no tienen nada en común con nosotros excepto una parte del trayecto, compartiendo un espacio precario, pero no tan incómodo como el autobús, no tan angustioso como el avión, no tan reducido como el coche. Son menos que citas a ciegas, más bien coincidencias cara a cara que hacen pensar en los desconocidos con los que compartíamos, años atrás, la aventura de subir a la olla de las montañas rusas.

En un coche de tren, el viaje tiene una duración que permite aproximaciones y tanteos, pero difícilmente se arriesgan consolidaciones.

Cada trayecto en tren es una novela no escrita. An Unwritten Novel es el título de uno de los primeros cuentos que escribió Virginia Woolf. La trama es mínima: mientras viajaba en tren hacia Sussex, la narradora imagina cómo será la vida de su compañera de viaje.

Uno de los mejores relatos de Josep Pla comienza en un viaje nocturno en tren. Se titula Lo que puede acontecer: nada. Escrito en primera persona, explica en qué circunstancias conoció a una mujer en el pasillo de un coche. Recordemos una frase: "En el tren todo el mundo se vuelve amable, soñador, y se deja llevar por la osadía".

Una osadía lenta e ininterrumpida es la que pone en contacto a un soldado y una viuda en un compartimento de tren en La avventura di un soldato, de Italo Calvino. La comunicación, que no cesa a lo largo de todo el viaje, se produce sin que pronuncien ni una sola palabra.

Teresa, la protagonista, viaja cada día en tren de Figueres a Girona para ir a trabajar y esto permite al autor hacerle recorrer todos los tópicos virtuales y físicos del viaje en tren: la observación, el chismorreo, la ensoñación y ... el encuentro con Cosme, el atractivo colombiano con el que tendrá una tórrida relación en La Jonquera. En definitiva, como dice Cosme a Teresa: «Es que el tren da mucho de sí.»

La obra de Vicenç Pagès, también.

martes, 16 de agosto de 2022

Viñetas satíricas 4/5: Los pícaros pasajeros

El tren es un no-lugar que situa a los pasajeros fuera del espacio y del tiempo habituales y, en consecuencia, les predispone a la novedad, a la picaresca, a la aventura y a vivir situaciones fuera de lo corriente. Este fenómeno no ha escapado a la mirada de los dibujantes.

La picaresca

Las artimañas de los usuarios para viajar sin billete, con un billete de menor cuantia o en una clase superior a la pagada son un tema habitual.

–¿El rápido de Lyon? ¡Acaba de partir!
–Ah, bueno. Entonces voy a que me reembolsen mi billete de andén.

–Medio billete de ida y vuelta a Brixton, por favor.
–¿Medio? ¿Cuantos años tienes?
–Trece en casa, pero sólo nueve y medio en el tren.
[De Punch]

El joven bajito. “Medio billete a Baker Street.”
[Paga y espera que le entreguen el billete.]
Taquillero: “Es algo vergonzoso un chico como tu fumando.”
El joven bajito (indignado). “¿A quien está llamando chiquillo? ¡Tengo catorce años!
Taquillero. ¿Ah, sí? ¡Entonces pagas billete entero!
[De Punch

La siguiente viñeta, sin embargo, esta planteada en sentido contrario.

Pasajero (en segunda clase). “Creo que me he metido en un coche equivocado.”
Revisor (con dureza). “¡Ha de pagar la diferencia!”
Pasajero (triunfante). “!Oh, es eso¡ Entonces le pediré tres chelines… Tengo un billete de primera clase.”
[De Punch

La convivencia en los coches

La convivencia en los coches, especialmente en la época que estos no tenían pasillos longitudinales y no era posible cambiar de compartimento durante los trayectos, propiciaban muchas anécdotas y situaciones cómicas.

Cosas que uno más bien no debería decir
“Me temo que no tendremos este compartimento para nosotras solas, Janet.”
“Oh, está bien querida tía. Si saca la cabeza por la ventana, me atrevo a decir que nadie entrará.”
[De Punch

Algunos pasajeros tienen muy claros cuales son sus derechos.

“He reservado este asiento”

Más que satíricos, costumbristas, son estos dibujos aparecidos en distintas publicaciones periódicas.

Honor Daumier - Train de plaisir de Paris  St-Germain (c. 1870)

De Cien años de ferrrocarril en españa (1948)

De La Esfera (1917)

Escenario privilegiado del erotismo

Las estaciones ferroviarias francesas de Mézidon (mets y donc / ponlo pues) y Moult (mou..lt / suave, tierno) han servido repetidamente para hacer juegos de palabras eróticos por similitud fonética usando personajes que viajan en compartimentos aislados. En la viñeta esta se produce el siguiente diálogo cuando la dama que viaja en el mismo compartimento que la pareja anuncia erróneamente la estación: 

La dama: Mézidon.
El joven: Todavía no, señora, es Mou.. lt.

En otras versiones, las estaciones que entran en juego son las de Mézidon y Carentan (quarante an / cuarenta años):


El empleado (anunciando): –Mézidon!!!!
El viejo caballero: –Es lo que intento hacer desde Carentan.

En nuestro país el erotismo en el tren también ha dado de sí:

La revista satírica y erótica El Nando de Llofriu, que se publicó en Barcelona en los años 20 del siglo XX, también tiró de las posibilidades de esta distribución de plazas con la pluma de Eduard Serra.

–¿Te pasa ya, Ernestina?
–¡Ay, Ramoncín, no hace poco rato que me lo he sentido pasar.

En el número 806 (1898) de la revista Madrid Cómico, una historia galante que parece que arranca bien tiene un final inesperado.
  
La flechó en el andén, la amó en Pozuelo, se declaró en Las Rozas y, al pasar por el túnel de Villalba…
… curó el chucho sus ansias amorosas.

Este tipo de humor está pisando siempre el mismo territorio, como puede verse en estas viñetas de procedencia diversa.

Une Curiosite por Alexandre Hepp en Gil Blas del 11 de junio del 1897.

Noticia... perturbadora
(Italia, 1950)

La nueva orden del alcalde
Con un par de criadas
al lado del conductor
se logrará que los tranvías
vayan más lentos.
(¡Cu-cut! Del 18 de marzo del 1903 a propósito de la orden del alcalde de Barcelona de disminuir la velocidad de los tranvías.)

–¡Qué calor, señora! Si usted me lo permite me quedaré en mangas de camisa.
–Por mi que no sea. Si quiere, puede quedarse en mangas de calzoncillos.
(Feliu Elias en Papitu del 7 de septiembre del 1910)

–¿Sólo llevan un billete?
–Es que nosotros dos somos uno.

Y acabamos con un juego de palabras muy habitual en el humor erótico inglés: "get off" significa bajar de un vehículo en el lenguaje habitual y eyacular en slang.

Pensaba subir al metro en Piccadilly la pasada noche, pero "me bajé" ahí.

Aquí es donde "me bajé".

lunes, 1 de agosto de 2022

Viñetas satíricas 3/5: El personal ferroviario.

 

Los ferroviarios siempre han sido considerados como unos trabajadores orgullosos de su profesión y, en ocasiones, con un compañerismo cercano al corporativismo. Las viñetas satíricas han hablado de esta percepción sobre ellos, y también de la dureza de su trabajo, del celo en el cumplimiento de sus funciones y de la existencia de deshonrosas excepciones.

El sentir ferroviario

Así se ha llamado al orgulloso apego de los ferroviarios a su profesión y las cuatro siguientes viñetas la tratan con cierto cariño.

 

 


Las penalidades de los empleados

El guardabarrera de la portada de la revista En Patufet del 30 de octubre de 1920, dibujada por Junceda, es un buen ejemplo del eco en las revistas populares de las profesiones ferroviarias que tenían mucha responsabilidad en relación con el salario que percibían.

Dilema
–Ya lo veo: tengo cadena para toda la vida; y si me distraigo y sucede alguna desgracia, cadena perpetua.

La viñeta de Punch hace referencia a la peligrosidad de tareas como la de enganchar vagones, a raíz de la publicación del dato de 5000 accidentes de maniobras en cinco años en la Gran Bretaña de finales del siglo XIX.

Sacrificio permisivo
Primer operario (esperando el retroceso de la locomotora con el enganche en la mano). “Vi a la pobre mujer y a los críos de Jack la pasada noche después del funeral. Pobres, ¿qué se hará por ellos?”
Segundo operario (en el cambio de aguja). “Oh, lo habitual, supongo… bendición de la compañía y caridad. ¡Cuidado, colega. Está retrocediendo!"

Aunque la viñeta de The Railway Gazette presenta un uso impensable del domo por parte del maquinista, pone de relieve la incomodidad de las comidas durante los trayectos del personal de los convoyes.

Los empleados celosos de su deber

En este apartado de la sátira, no se escapa nadie. Las viñetas reflejan las experiencias que de buen seguro habrán vivido todos los lectores al encontrarse ferroviarios tan rigurosos en el cumplimiento de sus funciones, que dejan la puerta abierta al humor.

Revisores

  
Dos viñetas alemanas reproducidas en revistas españolas de los años 40 del siglo XX

 

Fogoneros

–Te lo ruego, modera tu fuerza

Taquilleros


El taquillero (con un ojo puesto en su porcentaje): “¿Quiere un billete con seguro, señor?”
El pasajero (nervioso): “¿Para qué?”
El taquillero: “Nada ha ido mal en los últimos catorce meses; y, según las estadísticas, el próximo accidente en la línea será en las próximas seis semanas y tres días.”
[El viajero toma el seguro rápidamente.]

Factores
Viñeta alemana reproducida en revista española de los años 40 del siglo XX

Los empleados incumplidores

En todas partes cuecen habas y su olor no escapa a la agudeza de los dibujantes.

El viajero: "Hable más alto, no le oigo."
El empleado: “Diga caballero, ¿usted cree que la compañía le va a proveer de tenores por cien francos al mes?”

Juego de palabras con el verbo “reverser”: marcha atrás y derribar

Respuesta del jefe de tren a los viajeros asustados por un súbito frenazo y detención del tren:
“No se asuste, señora. El maquinista ha visto un buen grupo de setas y nos gustan mucho para desayunar.”