viernes, 25 de mayo de 2018

Los paisajes del tren de Fernando de Marta


Hasta el día 16 de septiembre puede verse en la sala de exposiciones (coche 3000) del Museo de Ferrocarril de Delicias una muestra de la obra de tema ferroviario del pintor Fernando de Marta (Zaragoza, 1945). Se trata de una colección de veinticinco óleos que el artista ha donado al museo.

En el catálogo de la exposición, Raquel Letón, la conservadora jefe del museo, destaca que en su obra las vías del tren se presentan como parte del paisaje. En efecto, el campo visual de sus estaciones y de sus circulaciones de trenes se ve siempre determinado por las vías de tren. Uno acaba deduciendo que es su formación como ingeniero lo que le lleva a plantear sus composiciones con unas perspectivas cónicas y axonométricas rigurosas. 


A la vista de los cuadros, uno recuerda la definición del ferrocarril como una máquina extendida sobre el territorio, y parece que de Marta coincide con esta visión porque las estaciones, los raíles, los aparatos de vía y las señales no son presentados como un conjunto. 


A diferencia de otros artistas, que presentan un ferrocarril en interacción con los ferroviarios y los pasajeros, él presenta a las locomotoras como un animal solitario y las estaciones como espacios desérticos. Si bien algunas telas transmiten un cierto sentimiento de desolación, como si se tratara de un lamento por la desaparición de determinadas líneas, en otros casos el efecto que producen es el de resaltar el valor plástico y dramático el paisaje ferroviario tiene por sí mismo, no es en balde que la muestra se titula Paisajes del tren


Fernando de Marta es un pintor que tiene una importante cantidad de premios y obras multitud de obras en museos y colecciones, su currículo puede consultarse en la web de la exposición. En algunas de sus obras pueden reconocerse homenajes a pintores que también han atendido el tema ferroviario, como, Darío de Regoyos o Ricardo Sánchez.


Finalmente, algunas de las imágenes conectan directamente con las esencias de la afición ferroviaria, son las que transmiten claramente que en el momento de abordarlas había el impulso de mostrar la fascinación por una determinada locomotora, casi siempre de vapor, o un determinado edificio. 


La ingeniería ferroviaria hecha arte y pasión.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Vida y amor en el metro de Nueva York


En 1946 un Stanley Kubrick de 17 años, que empezaba a trabajar en la revista Look como fotógrafo, recibió el encargo de hacer un reportaje sobre los viajeros del metro de Nuevo York. Lo tituló Life and Love on the New York City Subway (Vida y amor en el metro de Nueva York)

La serie de fotografías puede verse a pleno tamaño en el Museum of the City of New York.  En sus publicaciones se relata que Kubrick estuvo dos semanas deambulando por la red del metro, la mitad del tiempo entre medianoche y las seis de la mañana. En estas horas nocturnas los viajeros se mostraban más laxos, tanto a la hora de quedarse dormidos por el cansancio o el alcohol, como para permitirse muestras de cariño. En palabras del fotógrafo: "Quería captar el estado de ánimo del metro, así que usé luz natural", Con luz natural y disparando a 1/8, se veía obligado a esperar a que el convoy se detuviera para poder hacer las fotografías, con lo que algunas escenas que le habían interesado ya habían desaparecido cuando podía disparar.

Al observar las fotografías una piensa que la cara, la pose y las actividades en el metro no han cambiado en sesenta años, sólo habría que poner unos móviles o unas tabletas en las manos de los viajeros. Las instantáneas muestran a gente durmiendo, leyendo el periódico, haciendo labores, contemplando las musarañas, hablando con compañeros de viaje o flirteando. Kubrick se recreó en las parejas que comparten sueño y cansancio, que hablan con cariño o, como la que abre esta entrada, para ser discretos, se comunican con unos toques entre sus piernas .








martes, 1 de mayo de 2018

Un fotógrafo original en el metro de París


Janol Apin es un fotógrafo francés que en 2005 publicó una obra singular titulada Metropolisson. Consistía en 110 fotografías de estaciones del metro de París, en cada una de las cuales había dispuesto sobre el andén un o una modelo disfrazados o acompañados de objetos alusivos al nombre la estación. En algunos casos la referencia era directa, como la que abre esta entrada. O ésta:


En otras se recurría el humor: 


O al humor negro:


A dobles sentidos: 


A los juegos de palabras: 


A sus usos modernos;


Se trata de una propuesta sin demasiadas complicacions, fàcil, a veces demasiado, pero no podían faltar en esta selección las estaciones de metro correspondientes a estaciones de ferrocarril:





La web del autor puede visitarse aquí.

Janol Apin