Los ferroviarios siempre han sido considerados como unos trabajadores orgullosos de su profesión y, en ocasiones, con un compañerismo cercano al corporativismo. Las viñetas satíricas han hablado de esta percepción sobre ellos, y también de la dureza de su trabajo, del celo en el cumplimiento de sus funciones y de la existencia de deshonrosas excepciones.
El sentir ferroviario
Así se ha llamado al orgulloso apego de los ferroviarios a su profesión y las cuatro siguientes viñetas la tratan con cierto cariño.
Las penalidades de los empleados
El guardabarrera de la portada de la revista En Patufet del 30 de octubre de 1920, dibujada por Junceda, es un buen ejemplo del eco en las revistas populares de las profesiones ferroviarias que tenían mucha responsabilidad en relación con el salario que percibían.
Dilema
–Ya lo veo: tengo cadena para toda la vida; y si me distraigo y sucede alguna desgracia, cadena perpetua.
La viñeta de Punch hace referencia a la peligrosidad de tareas como la de enganchar vagones, a raíz de la publicación del dato de 5000 accidentes de maniobras en cinco años en la Gran Bretaña de finales del siglo XIX.
Segundo operario (en el cambio de aguja). “Oh, lo habitual, supongo… bendición de la compañía y caridad. ¡Cuidado, colega. Está retrocediendo!"
Aunque la viñeta de The Railway Gazette presenta un uso impensable del domo por parte del maquinista, pone de relieve la incomodidad de las comidas durante los trayectos del personal de los convoyes.
Los empleados celosos de su deber
En este apartado de la sátira, no se escapa nadie. Las viñetas reflejan las experiencias que de buen seguro habrán vivido todos los lectores al encontrarse ferroviarios tan rigurosos en el cumplimiento de sus funciones, que dejan la puerta abierta al humor.
Revisores
El guardabarrera de la portada de la revista En Patufet del 30 de octubre de 1920, dibujada por Junceda, es un buen ejemplo del eco en las revistas populares de las profesiones ferroviarias que tenían mucha responsabilidad en relación con el salario que percibían.
Dilema
–Ya lo veo: tengo cadena para toda la vida; y si me distraigo y sucede alguna desgracia, cadena perpetua.
La viñeta de Punch hace referencia a la peligrosidad de tareas como la de enganchar vagones, a raíz de la publicación del dato de 5000 accidentes de maniobras en cinco años en la Gran Bretaña de finales del siglo XIX.
Sacrificio permisivo
Primer operario (esperando el retroceso de la locomotora con el enganche en la mano). “Vi a la pobre mujer y a los críos de Jack la pasada noche después del funeral. Pobres, ¿qué se hará por ellos?”Segundo operario (en el cambio de aguja). “Oh, lo habitual, supongo… bendición de la compañía y caridad. ¡Cuidado, colega. Está retrocediendo!"
Aunque la viñeta de The Railway Gazette presenta un uso impensable del domo por parte del maquinista, pone de relieve la incomodidad de las comidas durante los trayectos del personal de los convoyes.
En este apartado de la sátira, no se escapa nadie. Las viñetas reflejan las experiencias que de buen seguro habrán vivido todos los lectores al encontrarse ferroviarios tan rigurosos en el cumplimiento de sus funciones, que dejan la puerta abierta al humor.
Revisores
Dos viñetas alemanas reproducidas en revistas españolas de los años 40 del siglo XX
El taquillero (con un ojo puesto en su porcentaje): “¿Quiere un billete con seguro, señor?”
El pasajero (nervioso): “¿Para qué?”
El taquillero: “Nada ha ido mal en los últimos catorce meses; y, según las estadísticas, el próximo accidente en la línea será en las próximas seis semanas y tres días.”
[El viajero toma el seguro rápidamente.]
Factores
Los empleados incumplidores
El pasajero (nervioso): “¿Para qué?”
El taquillero: “Nada ha ido mal en los últimos catorce meses; y, según las estadísticas, el próximo accidente en la línea será en las próximas seis semanas y tres días.”
[El viajero toma el seguro rápidamente.]
Factores
Viñeta alemana reproducida en revista española de los años 40 del siglo XX
En todas partes cuecen habas y su olor no escapa a la agudeza de los dibujantes.
El viajero: "Hable más alto, no le oigo."
El empleado: “Diga caballero, ¿usted cree que la compañía le va a proveer de tenores por cien francos al mes?”
Juego de palabras con el verbo “reverser”: marcha atrás y derribar
Respuesta del jefe de tren a los viajeros asustados por un súbito frenazo y detención del tren:
“No se asuste, señora. El maquinista ha visto un buen grupo de setas y nos gustan mucho para desayunar.”