Don Breckon (Northamptonshire, Inglaterra, 1935) es uno de estos pintores que, como Terence Cuneo, Max Jacquiard, Howard L. Fogg o José Catalá, trabajan y tienen éxito en una especie de limbo atemporal y alejado de las sucesivas corrientes artísticas, dedicados de pleno a representar el mundo del ferrocarril en un estilo muy a gusto de la mayoría de aficionados.
Breckon se formó en la Bath Academy of Art y fue profesor de arte en escuelas de Bedford y Reading. Su pintura durante este período varió desde paisajes urbanos hasta la abstracción y algunos trabajos experimentales. Expuso regularmente en galerías locales y en exposiciones colectivas. En 1969 redujo su actividad docente, se fue especializando en temas ferroviarios y se unió al Grupo de Artistas Industriales. Hoy en día su obra está totalmente relacionada con la escena ferroviaria y ha publicado varios libros sobre ella.El óleo de 1977 que encabeza esta entrada es representativo de su obra y en él puede apreciarse esta característica atemporalidad con un toque de nostalgia que comparte con otros pintores. Son de especial interés los esbozos previos y los dibujos de detalles que, en sus libros, acompañan las reproducciones de las telas. En ellos se ve la mano del profesor de arte y se pone de manifiesto su interés por comprender los detalles constructivos del material que dibuja y pinta.