miércoles, 21 de mayo de 2014

El discreto quehacer de los ingenieros

Shinkansen Daibakuha (1975, Pánico en el Tokio Express)
Los dos últimos artículos en Vía Libre los he titulado El discreto quehacer de los ingenieros (I y II) y en ellos se comentaban novelas y películas que tienen a ingenieros como protagonistas. En el primero de ellos, incluí este párrafo:
En el mundo ferroviario cabe distinguir entre dos clases de ingenieros: los de caminos y los industriales, el cine y la literatura se ha ocupado de ambos, aunque poco, porque el trabajo de diseño, cálculo, ensayo de materiales o modelación rinde poco en una novela y no resulta muy vistoso en una pantalla. No debe llevar a engaño el hecho de que en USA y en Canadá la palabra engineer designa también a los maquinistas.
Al hilo de esta aclaración, el veterano periodista Gonzalo García Sánchez, también colaborador de Vía Libre, me mando por correo-e dos acertadas referencias cinematográficas que ilustran este false fried.
"En Dodge, ciudad sin ley (1939, Dodge City), al comienzo, el excoronel Dodge, promotor de la nueva línea, comenta con sus compañeros de viaje (en tren, claro) que habrá que pedirle al "ingeniero" -o sea, al maquinista actuante- que redoble la velocidad. Gajes de la mala traducción y el consiguiente reflejo en la banda sonora, vicio muy frecuente en la industria cinematográfica española: saber mal los idiomas y pronunciarlos peor, voto a Brios..."

La segunda referencia era de Misión de audaces (1959, The Horse Soldiers), de John Ford, con John Wayne en el papel de coronel del Ejército de la Unión. Una señorita sudista, anfitriona de un grupo de oficiales yanquis, se interesa por el trabajo en la vida civil del coronel. Éste le dice que era "railroad engineer" y la dama le contesta: "!Ah, qué bonito! ¿O sea que usted conduce esas máquinas monstruosas que silban y van echando tanto humo? ¿Y va tocando la campanilla, ding, dang, ding, dang?" Y el coronel le replica: "De eso nada, señora, me dedicaba a la construcción de líneas por las que circulan esas máquinas que a usted tanto le entusiasman." Es decir: incluso para los anglohablantes el término engineer se presta a confusión y a juegos de palabras. De la secuencia, es intersante también la explicación del coronel sobre cómo ha llegado a ingeniero de vías y obras.


Más allá del tema lingüístico, los dos artículos se centran en la escasa presencia de los ingenieros en las manifestaciones artísticas de tema ferroviario. El cine, la novela, la fotografía, la pintura y los cómics gustan de trenes lanzados a gran velocidad, de historias románticas en expresos, de estaciones con la atmósfera saturada de vapor, de paisajes deliciosos cruzados por convoyes y de viajes heroicos. Los protagonistas suelen ser esforzados ferroviarios e intrépidos pasajeros, pero… ¿Dónde están los ingenieros? ¿Qué arte se ocupa de su labor silenciosa, sesuda y de tal responsabilidad? ¿Qué creadores han reflejado su posición, a menudo delicada, atrapados entre las exigencias de las cúpulas de las compañías y las inexorables leyes de la termodinámica?

En los artículos se citan las películas siguientes: The Silver Streak (1934, El rayo de plata) de Thomas Atkins, Tycoon (1947, Hombres de presa) de Richard Wallace, Denver & Rio Grande (1952) de Byron Haskin, Viento Negro (1965) de Servando González, Moebius (1966) de Gustavo Mosquera y Shinkansen Daibakuha (1975, Pánico en el Tokio Express) de Jun'ya Satô. En el apartado de novela se hace referencia a Juan David Morgan por El Caballo de oro (2005), a Luciano G. Egido por Los túneles del paraíso (2008) y a Haruki Murakami por Los años de peregrinación del chico sin color (2013).

¿La conclusión? Que es una constante en la historia de la literatura y el cine que la burguesía emprendedora sea protagonista de gran cantidad de obras, y que ocurra lo mismo con los trabajadores, y a nadie se le escapa de que en ello hay cargas ideológicas de diverso signo, pero el ingeniero tiene poco espacio, lo cual supone un vacío lamentable en estas manifestaciones artísticas y, en cierto modo, una injusticia para un grupo de profesionales que asume grandes responsabilidades casi siempre entre dos fuegos.

Denver & Rio Grande (1952)