Las fotografías de la serie de Olga Roig, por la posición del sol y por el perfil de la costa que puede verse al fondo, permiten saber que se han realizado en una mañana de invierno, casi mediodia, en la línea R1 de cercanías de Barcelona y viajando en sentido norte – sur. La que abre esta entrada contiene todos los elementos de la serie: el juego del sol con la catenaria, la vía ascendente, la señalización, el mar y el perfil de la costa.
Seguro que mucha gente ha hecho este mismo tipo de fotografías, pero ella ha sabido darles una segunda capa, una segunda lectura que contagia una sensación de universalidad a quien las mira. Nos remiten a la magia del viaje que se repite en todos y cada uno de los trayectos ferroviarios del mundo cuando nos dejamos llevar por el placer del viaje en tren por sí mismo.
Es como si las fotos de Olga Roig estuvieran conectadas o en harmonía con una especie de nube donde convivieran las creaciones de todos los artistas plásticos que se han interesado por este tema. Por citar los más cercanos y reciente: fotógrafos como Raimon Moreno o Mercè Ribera, o pintores como Àlex Prunés, Berta Oromí o Cristina Megía; de todos ellos hemos hablado en este blog.