lunes, 16 de diciembre de 2013

Las historias del AVE de Marta Alòs


Se dice que el tren de vapor y los viajes en los expresos de entreguerras generaban más literatura que los modernos AVE o TGV. No es exacto. Hace cuatro años, la diputada autonómica Marta Alòs, que hacía casi a diario el trayecto en Ave entre Lérida y Barcelona, publicó un entrañable libro de relatos titulado Històries de l’Ave (Historias del Ave).

Los protagonistas, y a menudo voz narrativa, de los dieciséis relatos son pasajeros de distinto sexo, edad y condición, azafatas del tren, dependientas del puesto de periódicos de la estación, aficionados al ferrocarril que pasan las horas en los andenes… Algunos de los relatos tienen una acción mínima, como Juegos de caza, en el que una joven, un rico ejecutivo y la protagonista practican el juego de las miraditas y los signos sutiles. Otros, como El vagón de las quinientas, tienen una dimensión fantástica: la existencia de un coche que vaga por la red ferroviaria y aparece en las estaciones para acoger a quien tiene cara de sufrimiento y proporcionarle una aventura en la selva o una fiesta de lujo. Los ejecutivos chulescos y estresados (La brevedad de la vida) y las ejecutivas autosuficientes (El éxito de la soledad) aparecen como personajes desgraciados al lado del calor humano que desprenden los que aprecian una buena conversación (El poder de la palabra), los que se reencuentran después de años (Dime adiós) o los que contemplan con ojos nostálgicos una estación fuera de servicio (Tiempo de silencio).

El Ave es presentado como un lugar propicio para la comunicación, la aventura, el drama e incluso lo mágico y, en este sentido, Marta Alòs le hace tomar el relevo a los trenes tradicionales como escenario literario. Sus relatos se inscriben de lleno en la tradició europea de la buena literatura de tema ferroviario, de la gótica a la costumbrista, de la erótica a la memorialista. Por todo ello, el libro merece una traducción al castellano.