Amor y muerte en el tren. Así puede etiquetarse esta escena
de La escondida (1955). El tren que
acaba de ser el escenario de una acción de guerra entre revolucionarios y federales, se convierte sin solución de
continuidad en cobijo del amor. Maria Felix y Pedro Armendariz protagonizan la
escena: las tropas rebeldes dirigidas por Félix han vencido a las del gobernador
y han ocupado su tren. Los hombres de Félix han encerrado a Gabriela en el furgón
correo y en él, sobre la alfombra de los casquillos la batalla, mientras se
están enterrando los muertos, los dos amantes se reencuentran y pasan la fina
frontera entre el amor y el odio.