En ocasiones traemos a este blog videojuegos no ferroviarios en los que los trenes son relevantes, y hoy hablaremos de los que aparecen en la serie The Room, una creación de Fireproof Games que ha tenido una gran aceptación por su calidad, tanto en lo que se refiere a la creación artística como a la jugabilidad. En cada entrega se trata de resolver un enigma a base de solventar jeroglíficos, puzles tridimensionales y juegos de lógica. La ambientación oscila entre el steampunk y la estética eduardiana; la calidad de los gráficos de los ingeniosos constructos tecnológicos que se proponen es extraordinaria.
La imagen que abre esta entrada y las dos siguientes corresponden a la secuencia inicial de la tercera entrega, las que se presentan a continuación, a The Old Sins.