La obra que encabeza esta entrada, Estación de Olesa de Monserrat, es de 2010 y es un buen ejemplo de cómo el artista ve el paisaje ferroviario. Es una mirada que muestra el ferrocarril como un sistema extendido sobre el territorio, aspecto que queda plasmado en la importancia que le da a las vías y las catenarias.
En la mayoría de sus obras la parte inferior del lienzo se desdibuja, de manera que parece que las vías y las catenarias se disuelvan en la atmósfera para introducirse en el espacio desde el que estamos contemplando la tela. Este efecto puede apreciarse, por ejemplo, en Caminos del silencio (2009) o en Vías (2011)
El título de una de sus óleos, 45 años después (2009), hace referencia al hecho de que pintó la Estación de Francia de Barcelona cuarenta y cinco años después de llegar a la capital catalana en tren per esta puerta, nos presenta unos andenes casi vacíos y un ambiente que muestra la progresiva pérdida de importancia funcional de esta terminal por lo que se refiere a la larga y media distancia.