sábado, 16 de septiembre de 2017

Dos locomotoras simbólicas en el centro de Barcelona


En la ciudad de Barcelona, como en todas las ciudades del mundo, los edificios cambian de uso conforme evoluciona la economía. Es el caso de dos sedes bancarias que han cerrado sus ampulosas oficinas para dar cobijo a nuevos negocios. La que había sido, en la céntrica plaza de Catalunya, la mastodóntica sede del BBVA, es ahora una macrotienda de la cadena de ropa Zara. Unos cientos de metros más arriba, en el lujoso paseo de Gràcia, la antigua sede del BHA alberga desde hace pocos años uno de los hoteles más exclusivos de Barcelona, el Oriental Mandarín.

Al construirse, ambos edificios fueron adornados con obras de arte: con pinturas murales la escalera del primero, con bajorrelieves la fachada el segundo. Eran ilustraciones que pretendían transmitir a los clientes un mensaje de solvencia y fortaleza e informarles de las actividades económicas en las que tenían intereses.


En 1952, cuando se construyó en la plaza de Catalunya la que sería la sede del Banco de Bilbao, se encargó al pintor Miguel Farré un mural pintado al fresco que decorara toda la caja de la escalera noble. Lo tituló Fundación del Banco; la Industria, la Agricultura y el Comercio en el mundo, y contiene escenas de comercio y administración, de producción agrícola, minera, forestal e industrial, y de medios de transporte, entre los que podemos ver una locomotora amarilla. Es una máquina muy estilizada y magnificada, que recuerda a las grandes locomotoras diésel que por aquellos años cruzaban los estados unidos de costa a costa; sobre ella vuela un avión a reacción. En 2016 se abrió en el edificio la macrotienda de Zara y la pintura mural puede ser observada libremente.


Fue en 1955 que el Banco Hispano Americano le encargó al arquitecto Manuel Ignacio Galíndez que proyectara su nueva sede en el paseo de Gracia. Al igual que sucedió can la sede del banco citado anteriormente, se optó por un diseño austero, racionalista y que reportara a las ideas de seguridad y solidez que tanto le convienen a una entidad bancaria. La decoración de las tres puertas se encargó al escultor Frederic Marés, que realizó unos bajorrelieves en granito con figuras alegóricas: industria, comercio, agricultura, minería, etc. En el dintel de la puerta de la izquierda, junto a un barco, aparece una locomotora de vapor arrastrando unos coches bajo el vuelo de un reactor, una idea parecida a la pintura mural de Farré. En 2009 se remodeló el interior para alojar al hotel de la cadena de Hong Kong y se conservó la fachada con los bajorrelieves.