lunes, 17 de junio de 2013

Locomotoras i autómatas steampunk



Ácronos es el título de una antología de relatos steampunk publicada en enero de 2013 por la osada y heroica editorial Tyrannosaurus. Entre las quince piezas pueden encontrarse dos ambientadas en el ferrocarril del Far West o, mejor dicho, en la recreación steampunk del lejano oeste; ¿recuerdan la película Wild Wild West (1999)?, pues es este entorno.

En el relato Búfalo Black, Paulo César Ramírez hace aparecer un autómata a vapor en las obras de construcción de un tranvía.

Un gigante de hierro de 9 pies capaz de hacer el trabajo equivalente a 22 hombres en una hora. Una máquina de hacer caminos ferroviarios. Toma el metal, las tablas de madera, las estacas y martillea. No sabe hacer más, es un autómata. Chilla y expulsa vapor cada cuatro horas, como exigiendo alimento. Aún así es más barato que alimentar a los trabajadores.

El rayo de una tormenta pone en marcha al autómata de manera descontrolada y el relato deriva hacia el enfrentamineto entre el hombre y la máquina antes de entrar en otros terrenos.

En el mucho más logrado Viaje a California de Luis Guallar, Alistair, un autómata en pleno proceso de tomar consciencia de su ser y sus potencialidades, logra engañar a los humanos durante su viaje en tren para ver el mar. El maquinista del tren es otro autómata a vapor integrado en los mecanismos de la locomotora:

Sobre la vía, a nuestro lado, el tren reposaba, aunque el maquinista parecía impaciente. No era humano, por supuesto; ni siquiera era un autómata: la propia locomotora, una enorme máquina negra y dorada, rematada con una pequeña multitud de chimeneas de bronce que escupían un humo blanco, terminaba en una enorme cara metálica, una tosca y pobre imitación de un rostro humano que cubría todo el frontal del aparato Sus oios. que a diferencia de los de Alistair no eran fijos, se movían de un lado para otro.
-Por favor, vuelvan a subir -protestaba con su boca móvil que, aunque se mantenía bien engrasada, gruñía debido al polvo que había ido acumulando durante el trayecto-. Hemos de proseguir el viaje.


La ilustración de esta entrada, que da buena idea de como debemos imaginar-nos un autómata descontrolado y una locomotora steampunk, fue realizada en 2009 por el infoartista polaco Marcin Jakubowski y lleva por título Titanomaquia: La caída de Hyperión.