El último número de Vía
Libre (octubre 2014) está dedicado al 50 aniversario de la alta velocidad y
era obligado que mi artículo en él celebre esta efemérides. Bajo el título 50 años de thrillers a alta velocidad, realiza
un rápido recorrido por películas y series televisivas de acción que tienen estos
trenes como protagonistas o como escenarios.
Las obras referenciadas
son la película japonesa 新 幹 線 大 爆 破 (1975, Pánico en el Tokio Express - Shinkansen
Daibakuha), la serie de la NBC de 1979 Supertrain,
la película Mission:
Impossible (1996, Misión imposible I)
y el episodio piloto de la serie norteamericana Human Target (2010, Escudo
humano).
Esta pequeña antología da pie a hablar de la
verosimilitud de las escenas de acción en trenes de alta velocidad. Parece que
la gráfica es claramente descendente si comparamos el esfuerzo de rigor de Pánico en
el Tokio Express con el reactor nuclear del Supertrain y, no digamos, con el supuesto
Eurostar de Misión imposible y el
tren de Escudo humano, ambos sin
catenaria ni tercer rail, entre otras incongruencias.
Es evidente que el
espectador medio de los thrillers busca
que le sorprendan con la acción y no se dedica, como los aficionados a los
trenes, a buscar fallos y inverisimilitudes. Parece que a los hooligans ferroviarios nos encanta poner
el dedo en la llaga y no hay película con trenes de la que alguien no haya
hecho una lista de fallos o imprecisiones.
Hace un año se estrenó
The Wolverine (
Lobezno Inmortal), perteneciente a la saga X-men, en la que,
en términos de Filmaffinity “Un Logan amnésico investiga su pasado en el mundo
del crimen organizado japonés. Vulnerable por primera vez y desafiando sus
límites físicos y emocionales, no sólo se enfrentará al letal acero samurái,
sino que además mantendrá una lucha interna contra su inmortalidad, que lo hará
más fuerte”.
Os invito a ver el trailer
y a descubrir las inverosimilitudes, tanto las ferroviarias como las que
contradicen las leyes de la física.