viernes, 13 de enero de 2017

Train to Busan: Zombis en trenes coreanos


Está en las cartelera la película 부산행 (2016, Train to Busan, Estación zombie: Tren a Busán) del director surcoreano Yeon Sang-ho presentada en Cannes el año pasado.

Estamos en Seúl y diversos pasajeros toman un tren de alta velocidad con destino a Busán, la segunda ciudad de Corea del Sur. Entre ellos se cuenta un padre muy ocupado que lleva a su hija a ver a su madre, un equipo de béisbol juvenil, una pareja de señoras maduras, un empresario con humos, una pareja con ella embarazada, un polizón que se cuela y, atención, atención, una chica con una mordedura en la pierna.


La niña ve por la ventanilla que algunos pasajeros son atacados en el andén. Por la televisión de abordo los noticiarios hablan de revueltas y epidemias. La chica con la mordedura se levanta con los ojos entelados y ataca. ¡Ya tenemos un tren en marcha con zombis atacando a los pasajeros!


A partir de aquí arranca el argumento, que no desvelaremos, de una película de género zombi en escenario ferroviario. La crítica, la taquilla y el público le dan un notable alto por lo que a la tensión dramática y al tratamiento de los tópicos zombis se refiere. Desde el punto de vista ferroviario, también lo merece.


Casi la totalidad el metraje está ubicado en el interior del KTX (Korea Train eXpress), algunas escenas tienen estaciones o playas de vías como escenarios y, el tramo final, se desarrolla en una locomotora tipo Alco de Corail. Trenes y estaciones lucen, las tomas de las circulaciones son de calidad y las muchas escenas en el interior de los coches tienen buenos encuadres y explotan la casi totalidad de los elementos equipados en el tren. También es interesante el tratamiento que se da a la manera de trabajar del personal de la compañía ferroviaria.


Esta película, como todas las de género, requieren una cierta complicidad del espectador, y una vez concedida, resulta bastante equilibrada en lo que respecta a las dosis inevitables de sangre (pero no intestinos), suspense (pero no golpes de efecto forzados), sentimentalismo (es una película con niña, pero no se abusa de ello) y crítica moral que muestra las distintas reacciones de los viajeros (hay buenos y malos, solidarios y egoístas, pero también evolución).


En definitiva, una diversión recomendable para los aficionados ferroviarios.