jueves, 2 de agosto de 2018

Electricidad vs vapor

Terence Cuneo - Voltage versus Steam (1967)

El periodista, escritor y guionista Jaume Ministral Masià (1914-1982) hace una evocación nostálgica de los ferrocarriles de Gerona en un monólogo de uno de los personajes en la novela Tramunta boja (1981, Tramuntana loca).
Hubo un tiempo, amigo mio, que las tierras gerundenses estaban maravillosamente bien servidas de ferrocarriles. Quizás era Girona la más ferroviaria de todas las provincias españolas. Dejo de lado la línea Barcelona-Portbou, por donde viaja tu amor inmarcesible, y me refiero a las del tren de vía estrecha, creación sublime, excelsa y humanísima, al tiempo que peculiar cada una de ellas. Todas salían de Girona, que era, antes, ciudad pequeña y delicada, y como tal, bienaventurada y fiel.
Sus descripciones nostálgicas de los trenes de Olot, Banyoles, Palamós y Sant Feliu, muy cercanas a las de Josep Pla o Aurora Bertrana, tienen su originalidad e interés. El monólogo acaba con una curiosa comparación entre el ferrocarril y el automóvil que, de hecho, es una diatriba contra la electrificación de los medios de transporte y a favor de la tracción por vapor.
El automóvil no sería nada y no constituiría un peligro mayor que la bomba atómica si su constructor no le hubiera infundido alma diabólica en forma de electricidad. Un noble tren de vapor, una máquina de vapor ... leña, carbón, agua, calor ... es una conjunción de fuerzas puras... no había electricidad en la locomotora que se detenía en Palamós, jadeante, pero satisfecha. La cosa cambia totalmente cuando consideramos el automóvil. Justo en el momento que le ponen la batería ha quedado constituido en ayudante del Diablo. Puedes tocarlo por donde quieras antes de la colocación de la batería, no te pasará nada. Prueba de hacerlo cuando la instalación eléctrica está bien dispuesta: t'enramparàs por todas partes y puedes morir carbonizado. Esta es la diferencia: todo lo que es un ingenio eléctrico es diabólico.
Resultat d'imatges de tramuntana boja