martes, 28 de julio de 2015

El paso a nivel en el paisaje

Acabamos esta serie sobre los pasos a nivel con una selección de pinturas que lo toman como tema central. Hemos visto hasta ahora pasos a nivel con vida, humor, dramas e historias de amor, pero cuando ni los peatones ni los trenes circulan, el paso a nivel sigue allí, incrustado en el paisaje, marcando un cruce de caminos.

Las obras que se reproducen a continuación integran el paso a nivel en distinto tipos de paisaje: urbano, rural, industrial e incluso mental. En algunos, la vía del tren a penas es un línea que se pisa en el trayecto, en otros, la vida se detiene para que pase el ferrocarril.


Mural Andalucía (1914) que Joaquín Sorolla realizó para la Hispanic Society of America de Nueva York. Los raíles no son pura anécdota, ayudan a establecer la composición. 


Railway Crossing (1919), de un Fernand Léger en pleno cubismo, expresa la convicción del pintor de que la técnica es tan importante como sujeto de su arte como lo es la figura humana, los cilindros pueden verse como bigas, cigüeñales, postes o cilindros, y la flecha enmarcada expresa la fe en el futuro.


Edward Hopper realizó su Railroad Crossing, Rockland, Maine (1926) durante su estancia en esta ciudad. El acento está en el acceso solitario al pueblo.


El británico Laurence Stephen Lowry Británico se interesó por el tema de los pasos a nivel durante su estancia en Burton-on-trent; la locomotora tomada como modelo era de juguete.


Alexandre Coll Blanch, nuevecentista catalán, pintó en 1933 el paso a nivel que había junto a la barcelonesa estación de Francia, sobre las vías de la línea de Mataró ahora inexistentes. El cuadro expresa el ambiente industrial de la zona.


Al castellonense Juan Bautista Porcar Ripollés le interesaban los cielos amplios y luminosos, y éste es el tema principal de Pas a nivell (1972), pero necesitaba algún tema secundario para enraizar la composición y utilizó un cruce desangelado, amplio y polvoriento.


El cuadro del polaco Kacper Ziółkowski Railway Crossing with Barriers I (1997) nos sitúa en el paisaje de la iconografía de nuestra sociedad, sería una referencia anodina si no fuera por el inquietante detalle rojo del poste.


Level crossing at Spalding (1998) de John Hale puede servir de resumen. En él, paisaje, vehículos de carretera, peatones, convoy, edificios ferroviarios, instalaciones propias del paso a nivel y señalización se unen en una composición típicamente británica.

domingo, 5 de julio de 2015

Amor en el paso a nivel


Los trenes y las instalaciones ferroviarias son propicias a cobijar amores. Basta recordar Before Sunrise (1995, Antes del amanecer), From Russia with Love (1963, Desde Rusia con amor), Risky Business (1983, Negocios arriesgados), El beso del sueño (1992) o Adventure on the Orient eXpress (1996), que así ordenadas, conforman una gradación de pasión amorosa en el tren.

Si hablamos de estaciones, nos viene a la memoria la escena final de Shanghai Express (1932, El expreso de Shanghai), de Josef von Sternberg, cuando, en medio del barullo de la estación, Shanghai Lili y el capitán Donald transforman un adiós en un amor eterno. Otro clásico es Stazione Termini (1953) de Vittorio de Sica, en la que toda la acción transcurre en la estación donde Mary duda entre regresar a América con su marido o quedarse en Roma con Giovanni. Y, por supuesto, hay que referirse a Brief Encounter (1945, Breve encuentro) de David Lean entre muchísimas más.

Los pasos a nivel, sin embargo no parecen un lugar tan propicio, pero nadie puede poner fronteras al amor y menos en un entorno ya de por sí propenso a los encuentros y a las aventuras como el ferroviario.

Una divertidísima muestra la tenemos en la película cubana Guantanamera (1995), dirigida por Tomás Gutiérrez Alea. En ella se  incluye una divertida escena que gira alrededor de una caseta de guardabarreras entre Camagüey y Santo Espíritu. La responsable del puesto baja la barrera cuando ve acercarse el camión de uno de sus amantes. Mientras lo retiene en el interior de la caseta para pedirle explicaciones por sus pocas visitas, llega al paso a nivel el coche en el que viaja la mujer que el camionero quiere conquistar; y para completar el cuadro, un convoy de mercancías que debería pasar de largo, se detiene porque el maquinista también tiene amores con la guardabarreras. Vean: