martes, 16 de octubre de 2012

Fernando Pessoa y el ferrocarril




Si hablamos de Lisboa y de viajar hasta ella en tren, es inevitable pensar en Fernando Pessoa. El ferrocarril aparece en su obra como los semáforos entre la niebla, como reconfortantes y atrayentes puntos de luz coloreada en medio del desasosiego. El tren, y el viaje en él, es utilizado por varios de los heterónimos del autor.
La metáfora del corazón como tren de cuerda del poema Autopsicografia (Esse comboio de corda / Que se chama coração) ha dado mombre a antologías, blogs y poemarios.
En El libro del desasosiego, el tren de juguete es medida de valores absolutos (No hay imperio que valga el que por él se rompa la muñeca de una niña. No hay ideal que merezca el sacrificio de un tren de juguete).
La conversación informal con un desconocido se transmuta en metáfora de la vida en Dije adiós al compañero de viaje (Nosotros, en el tren al que llamamos vida / somos todos casuales los unos para los otros)
El tren es el mirador para apreciar el paisaje en Alentejo visto de comboio y el medio escogido para un viaje de mucha más trascendencia en Víspera de viaje.

Víspera de viaje, campanilla...
¡No me avisen con excesiva estridencia!

Quiero disfrutar del reposo de la estación del alma que tengo
antes de ver avanzar hacia mí la llegada de hierro
del tren definitivo,
antes de sentir la partida verdadera en la boca del estómago,
antes de poner en el estribo un pie
que nunca aprendió a no emocionarse siempre que tuvo que partir.

miércoles, 3 de octubre de 2012

¿Homenaje o plagio?


En ocasiones nos divierte ver películas de segundo o tercer orden para descubrir agujeros en el guión, encontrar gazapos de montaje, reírnos con las situaciones inverosímiles o detectar plagios. Todo esto se puede hacer con el telefilme Evasive Action (1998, Evasión sin límite). Su argumento no es muy original: un grupo de convictos peligrosos transportados por ferrocarril escapan del coche de transporte de presos, se apoderan del tren, toman rehenes y luchan contra la policía que…


El telefilm se presta a nuestro juego porque, por tomar un ejemplo, a veces el convoy aparece con cuatro coches y, a veces, con cinco; o porque incluye perlas ferroviarias como esta: Cuando se desencadenan los hechos, el responsable del control de tránsito es un suplente de fin de semana con poca experiencia, se moviliza la policía y la guardia nacional, pero nadie de la compañía acude al centro de control ferroviario. Eso permite que el sheriff le ordene por teléfono:
–Ahora coge papel y lápiz
–¿Para qué?
–Cuando el tren baje la velocidad quiero que calcules donde parará exactamente.
–De acuerdo, pero tengo que decirle algo: nunca aprobé el álgebra.
Y que al cabo de un rato, el ferroviario diga:
–Shérif, está bajando la velocidad, 10 millas cada 20 segundos. Por lo tanto, si x es la distancia y la pasamos aquí y dividimos, no, multiplicamos… se detendrá cien yardas más allá del cruce con la calle Lincrot.

Al final, el tren se pasa de toperas en la Union Station de Los Ángeles. La primera imagen que reproducimos en la cabecera de esta entrada corresponde a Evasive Action, ¿Identifican la película de 1976 a la cual corresponde el segundo fotograma?

Pero fijémonos ahora en las dos imágenes siguientes: la estación es la misma e incluso los carteles son los mismos. Corresponde la primera a Evasive Action y la segunda a la cinta que… ¿se homenajea o se plagia?